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Arquitectos: Anna Noguera, Javier Fernandez
- Área: 4430 m²
- Año: 2018
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Fotografías:Enric Duch
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Proveedores: AISLUX, Actis, Adobe, AutoDesk, DesignBuilder, Egoin, Haritz + Babylon, Myrtha Pools, PHPP, ROCKWOOL, Reynaers Aluminium
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El Ayuntamiento de Barcelona convoca un concurso de ideas para la ordenación paisajística del interior de manzana y un equipamiento deportivo consistente en una piscina interior climatizada y una pista polideportiva. La propuesta ganadora fue valorada por la integración paisajística del edificio singular vegetalizado en un interior de isla y por su apuesta por la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente.
Regeneración urbana con una infraestructura verde. El entorno urbano previo a la intervención era un espacio desestructurado compuesto por una suma de espacios residuales. Un espacio ocupado por una pista encajonada entre las edificaciones vecinas, y por una piscina de instalaciones obsoletas. Una urbanización de pavimentos duros, muros de hormigón, y ausencia total de vegetación.
La concentración de los dos equipamientos en un solo edificio, permitió liberar espacio para la creación de un jardín. Un espacio de superficies permeables, donde los desniveles se salvan con taludes vegetados. Un lugar de relación social, preámbulo del nuevo equipamiento. Un jardín que aporta calidad de vida y sirve de soporte a la biodiversidad.
Integración volumétrica, el edificio es un elemento más del jardín. El nuevo equipamiento se compone por la superposición de dos grandes espacios; piscina climatizada en planta baja y pista polideportiva en la planta superior. El edificio se sitúa semiempotrado en el terreno, adaptándose a la topografía y salvando el desnivel existente.
La fachada a la calle Sant Iscle se configura como una fachada urbana. Un porche en esquina nos invita a entrar. El volumen de la pista minimiza su impacto hacia el jardín con una galería verde que lo envuelve. El edificio aparece como un elemento más del jardín, sin mimetizarse, pero dialogando con él.
Eficiencia energética y autosuficiencia. Arquitectura pasiva. El acondicionamiento climático de la pista se basa exclusivamente en la arquitectura pasiva. Lucernarios y ventanas, monitorizados con sensores, garantizan la ventilación e iluminación natural. El volumen compacto y empotrado en el terreno minimiza la superficie de fachada evitando pérdidas térmicas. El aislamiento de toda la envolvente se ha tratado de forma selectiva según orientación.
Utilización de sistemas muy eficientes. El edificio cuenta con un sistema de aerotermia que permite la recuperación de calor para la producción de agua caliente. La iluminación tiene sistemas de regulación de potencia en función de la iluminación natural. Producción de energías renovables. Toda la superficie de la cubierta está cubierta por placas fotovoltaicas que generarán el 90% de la energía necesaria en el edificio.
Sostenibilidad de materiales y sistemas constructivos. Estructura de madera. Las excelentes características de la madera en relación al análisis del ciclo de vida, fue una de las razones por las que se eligió este sistema de construcción prefabricado de madera laminada. Se valoró asimismo su buen comportamiento mecánico, su ligereza y su rapidez de ejecución. Fachada vegetal.
Una galería verde rodea el edificio tamizando la luz y protegiendo de la radiación solar en tres de sus fachadas. El sistema de plantación es hidropónico, elegido por su ligereza, durabilidad del sustrato, capacidad de retención de agua y facilidad de instalación. Reciclaje de las aguas. Un gran depósito situado en el sótano recoge el agua de la cubierta para su reciclaje y utilización para la totalidad del riego de la fachada verde. En la urbanización del jardín, la ubicación de unas franjas drenantes al pie de los taludes recogen el agua de lluvia para retornarla al freático.